El circuito que hice consiste en 120km y 3800 de subida con tramos a travès de túneles excavados en roca y el largo y bello recorrido por el lago. Estas maratones pecan de no tener mucho singletrack ni ser muy técnicas, con subidas y bajadas larguísimas, aunque las vistas, el paisaje y el reto personal de la competición compensan con creces.
Salí bien con buen ritmo y sensaciones. Tuve algún calambre que solucioné bebiendo más aún!
Unos minutos de terminar la última subida, a 25km de meta, me salí a la hierba alta en una bajada rápida con gravilla. La rueda pegó con algo escondido (piedra o agujero) y me fui de cabeza al suelo en vez de volar por encima al estilo Indiana Jones porque el cuadro de carboo, ya debilitado de 1000 batallas y con las horas contadas, se partió por 2 sitios distintos.
Estaba fastidiado porque estaba muy contento de cómo iba en la carrera cuando en realidad debería estar respirando de que salí nada más que con 4 puntos y magulladuras en la cara. La gente venía a echar fotos a la bici con la sangre y el cuadro reventado...increíble!
Ahora van a ser casi 3 semanas esperando piezas para la Lynskey, a ver a ver si está lista para antes de acabar el mes...
